sábado, 28 de agosto de 2010

Escuela Monetarista

Escuela monetarista

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La Escuela monetarista o monetarismo es una teoría macroeconómica que se ocupa de analizar la oferta monetaria. Aunque el monetarismo se identifica con una determinada interpretación de la forma en que la oferta de dinero afecta a otras variables como los precios, la producción y el empleo, existen, de hecho, varias escuelas de pensamiento que podrían definirse como `monetaristas'. También están de acuerdo en la creencia de que la oferta monetaria es un elemento esencial para explicar la determinación del nivel general de precios. Lo que aceptan es la idea de que la política monetaria puede tener efectos a corto plazo sobre la producción, así como otros temas de menor relevancia, como puede ser la definición de oferta monetaria. Por otra parte, si los monetaristas se limitaran a afirmar que existe una relación proporcional entre la oferta monetaria y el nivel general de precios a largo plazo, la mayoría de los economistas aceptarían esta idea, siempre que el periodo a largo plazo sea lo bastante prolongado y otras variables —como el tipo de instituciones financieras existentes— se mantuvieran constantes.


[editar] Antecedentes

El monetarismo tiene una larga tradición en la historia del pensamiento económico; pueden encontrarse explicaciones detalladas y muy sofisticadas sobre el modo en que un aumento de la cantidad de dinero afecta a los precios, y a la producción a corto plazo, en los escritos de mediados del siglo XVIII del economista irlandés Richard Cantillon y del filósofo y economista escocés David Hume. La `teoría cuantitativa del dinero' prevaleció en el monetarismo, sobre todo bajo la influencia de Irving Fisher durante el siglo XX. Esta teoría se formalizó en una ecuación que mostraba que el nivel general de precios era igual a la cantidad de dinero multiplicada por su `velocidad de circulación' y dividida por el volumen de transacciones. Existe una visión alternativa de esta teoría, conocida como la versión de Cambridge, que define la demanda de dinero en función del nivel de precios, de la renta y del volumen de transacciones.

Durante la década de 1970, sobre todo durante el periodo en que el pensamiento económico estuvo dominado por las ideas de Milton Friedman y la Escuela de Chicago, se analizaba la demanda de dinero de los individuos de igual forma que la de cualquier otro bien —la demanda depende de la riqueza de cada individuo y del precio relativo del bien en cuestión. En concreto, se consideraba que la demanda de dinero dependía de una serie de variables, incluyendo la riqueza (que se puede estimar considerando el nivel de ingresos), la diferenciación de la fortuna personal entre capital humano y no humano (el primero tiene mucha menos liquidez que el segundo), el nivel de precios, la tasa de rendimiento esperado de otros activos (que depende a su vez del tipo de interés y de la evolución de los precios) y de otras variables determinantes de la utilidad que reporta la mera posesión del dinero.

[editar] Formulación del enfoque monetarista

Al considerar que el dinero es una parte de la riqueza de las personas se está suponiendo que éstas intentarán eliminar la diferencia entre la cantidad de dinero real (es decir, el dinero nominal dividido por el nivel general de precios) que tienen y la cantidad que quieren tener disponible, comprando o vendiendo activos y pasivos —por ejemplo, la adquisición de bonos— o cambiando el flujo de ingresos y gastos. Los keynesianos tienden a subrayar el primer método de ajuste, mientras que los primeros monetaristas destacan la importancia del segundo; los monetaristas actuales tienden a aceptar la validez de ambos métodos.

Por tanto, la idea básica de la economía monetarista consiste en analizar en conjunto la demanda total de dinero y la oferta monetaria. Las autoridades económicas tienen capacidad y poder para fijar la oferta de dinero nominal (sin tener en cuenta los efectos de los precios) ya que controlan la cantidad que se imprime o acuña así como la creación de dinero bancario. Pero la gente toma decisiones sobre la cantidad de efectivo real que desea obtener. Veamos cómo se produce el ajuste entre oferta y demanda. Si, por ejemplo, se crea demasiado dinero, la gente intentará eliminar el exceso comprando bienes o activos (ya sean reales o financieros).

Si la economía está en una situación de pleno empleo, el aumento del gasto o bien incrementará los precios de los productos nacionales o bien provocará un déficit de balanza de pagos que hará que el tipo de cambio se deprecie, aumentando así el precio de los bienes importados. En ambos casos, esta subida provocará una reducción de la cantidad de dinero real disponible. A medida que se compran activos financieros como los bonos, el aumento del precio de éstos reduce el tipo de interés que, a su vez, estimula la inversión, y por tanto el nivel de actividad económica. El aumento de ésta, y por tanto de los ingresos, incrementa la petición de dinero. Así, la demanda total de dinero real se igualará con el exceso de oferta gracias al aumento de los precios (que reduce el dinero real en circulación) y de los ingresos (que potencia la demanda de saldos monetarios).

Otro principio del monetarismo es que los niveles deseados de saldos monetarios reales tienden a variar con lentitud, mientras que los cambios de los saldos nominales son instantáneos y dependen de la actuación de las autoridades monetarias. Esta afirmación implica que las variaciones de los precios o los ingresos nominales responden, por obligación, a alteraciones en la oferta de dinero, lo que constituye el punto de partida de la tesis de Friedman según la cual la inflación es sólo un fenómeno monetario.

[editar] Monetarismo versus keynesianismo

[editar] Keynesianismo

Los aspectos del pensamiento económico actual que llevan la impresión de las ideas de John M. Keynes son numerosos, pero su contribución principal, por la cual ha ejercido una influencia poderosa y duradera, consistió en la formulación del principio de la demanda efectiva. Con base en ese principio, Keynes concluye que el nivel de empleo y producción es determinado por la magnitud de la demanda agregada y que el Estado puede actuar sobre ésta por medio de instrumentos monetarios y fiscales a fin de alcanzar determinados objetivos de empleo y producción.

La noción de la potencialidad o no neutralidad de la política monetaria y fiscal fue rápida y ampliamente aceptada en los ambientes políticos y académicos de los países capitalistas, donde el mantenimiento de aceptables niveles de empleo pasó a ser una responsabilidad de los gobiernos. Así, muchos de estos países adoptaron en los años 40 y 50 políticas económicas con el explícito objetivo de alcanzar el pleno empleo. Estas políticas, junto con las favorables condiciones objetivas de la posguerra, permitieron que los países capitalistas más industrializados eliminaran la desocupación masiva que caracterizó a los años 30 y se acercaran a las metas que se habían propuesto en materia de empleo.

No obstante ello, la noción de no neutralidad de la política monetaria y fiscal continuó siendo el fundamento de la política económica, aunque ahora los objetivos de la regulación de la demanda global fue suavizar las fluctuaciones de la producción, el empleo y el nivel de precios. Estas llamadas políticas de estabilización, anticíclicas, compensatorias o de "ajustes finos", fueron concebidas como contrapesos de las oscilaciones económicas espontáneas, que los keynesianos, en general, consideran inherentes a las economías de mercado. Así, por ejemplo, un descenso de la demanda debido al debilitamiento de la inversión privada podría ser compensado por medio de una adecuada expansión monetaria y/o fiscal; lo contrario, una contracción monetaria y/o fiscal podría ser un eficiente contrapeso de un fortalecimiento excesivo de la demanda agregada.

[editar] Cuestionamiento del keynesianismo

Desde el principio existió una línea de oposición contra Keynes que cuestionó, desde diversos ángulos y con intensidad creciente, la validez de la interpretación keynesiana sobre el funcionamiento económico y de su corolario: la eficacia (y la necesidad) de una política económica orientada al mantenimiento de aceptables niveles de empleo y con capacidad para evitar las fluctuaciones violentas de la actividad económica. La existencia de este cuestionamiento ha dado lugar, durante más de cuatro décadas, a una intensa discusión de carácter teórico y empírico entre los partidarios de Keynes por un lado, y los defensores del principio prekeynesiano de neutralidad de las políticas de administración de la demanda por el otro. A este último grupo de economistas se les ha bautizado con el nombre de monetaristas y su representante más activo y prominente es Milton Friedman.

La consecuencia práctica más importante de la amplia aceptación de las ideas de Keynes fue la de haber dado un impulso decisivo a la profundización del papel estratégico del Estado en la economía y la sociedad, tendencia que, por otra parte, se venía manifestando sin la ayuda de ningún pensador original.

Para los monetaristas, oponerse al planteamiento keynesiano era un dictado de su presupuesto ideológico básico: el liberalismo, que no concibe la intervención estatal más que para garantizar la seguridad interna y externa del Estado, administrar justicia y realizar algunas obras públicas de infraestructura económica esenciales para el desenvolvimiento de la economía. En consecuencia, el mayor peso de la crítica al keynesianismo se enfocó a negar la validez del concepto de no neutralidad de la política de administración de la demanda.

La crítica monetarista, que se inició con el ahora famoso discurso de Friedman en 1967 y que tiene su hito más reciente en los modelos de expectativas racionales, llega al corazón del problema planteado por Keynes. Como hemos tratado de demostrar, la política de administración de la demanda opera sobre el empleo en la medida que sea capaz de hacer sentir su ejercicio sobre los salarios reales y, en consecuencia, sobre las ganancias; sólo el estímulo de las ganancias es capaz de convencer a los empresarios de que ocupen a los desempleados. Y lo que dice este enfoque monetarista, en esencia, es que la administración de la demanda no puede alterar el nivel "natural" de desempleo porque, si bien el manejo monetario puede actuar sobre el nivel de precios, el rápido ajuste de las expectativas de los asalariados llevará a que éstos actúen sobre el nivel de los salarios nominales, evitando así la caída del salario real y el aumento de las ganancias.

Keynes admitía de manera por demás explícita que si los salarios nominales crecen a la par que la demanda agregada, los cambios de esta sólo tienen efectos nominales. La diferencia radica en que Keynes, en 1936, creía que el caso en que los salarios crecen paso a paso con la demanda agregada es una situación extrema y poco probable, por lo que las políticas de regulación de la demanda gozaban de un margen de maniobra suficientemente amplio. Para los monetaristas, en cambio, este margen se ha tornado muy estrecho por la velocidad de ajuste de las anticipaciones; para los partidarios de las expectativas racionales el margen simplemente no existe.

El mensaje monetarista, bien simple y nada novedoso, lo podemos sintetizar así: a pesar de la presencia distorsionante de la inflación, el precio de cualquier mercancía, el precio de la fuerza de trabajo en primer lugar, se rige por las condiciones de la oferta y la demanda a igual que el nivel del empleo y no hay nada que el Estado pueda hacer para alterar esta situación.

El programa práctico que ofrece el monetarismo es enfrentar abiertamente a los trabajadores con el desempleo a fin de fracturar su capacidad de resistencia y desarticular los sindicatos. Luego, la fuerza del mercado, la fuerza del desempleo, sería el arbitro de la relación salario - ganancia. Lo paradójico de este programa es que si su parte destructiva tiene éxito, entonces el monetarismo habrá recreado las condiciones bajo las cuales será eficaz, de nueva cuenta, una administración keynesiana de la política económica. Es decir, se habrán reconstruido las condiciones de funcionamiento del mercado de trabajo que Keynes asume en el capítulo II de la Teoría General. J. M. Keynes debió enfrentar con su pensamiento (tengamos en cuenta que su principal obra La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero fue publicada en 1936) las consecuencias de la desocupación y la caída de la producción generalizadas en las economías industriales.

Muy básicamente Keynes planteaba que dada la rigidez de los salarios para ajustarse a la baja, los sistemas económicos no tendían al equilibrio con pleno empleo. Proponiendo remediar esa situación con emisión y con un aumento del gasto público. Como reacción a esta idea, surge en la Universidad de Chicago la idea que los cambios en la cantidad de dinero son la causa esencial de las fluctuaciones económicas. Encontrando su origen en materia de ideas en los trabajos de Adam Smith.

Los así llamados monetaristas le dan a la cantidad de dinero el rol fundamental, sosteniendo la creencia de que la oferta monetaria es el determinante clave de los movimientos a corto plazo de lo que un país produce y además del nivel de los precios en el largo plazo.

La base de su razonamiento descansa en una serie de hipótesis, a saber:

  • El mercado produce la mejor asignación de recursos. Ningún funcionario actuando discrecionalmente, puede obtener otro resultado que no sea una distorsión o una ineficiencia o un retraso en el desarrollo tecnológico.
  • Nada afecta más a la eficiencia, que la inestabilidad en los precios (ya sea que se trate de inflación como de deflación).
  • La economía sería estable, de no ser por las intervenciones de los gobiernos.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables hacen a una economía estable.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables crean expectativas favorables.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables impiden a los políticos las manipulaciones electorales.

Dinero

Dinero

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Monedas y billetes de banco, dos de las formas más comunes del dinero.

Dinero (del latín denarius o denario, moneda romana) es todo medio de intercambio común y generalmente aceptado por una sociedad que es usado para el pago de bienes (mercancías), servicios, y de cualquier tipo de obligaciones (deudas).


[editar] Introducción

Se trata de uno de los grandes avances en la historia de la humanidad que permitió la aparición y expansión del comercio a gran escala[cita requerida].

El dinero permite el intercambio de bienes y servicios en una economía de una manera más sencilla que el trueque. Por tanto, para que un bien pueda ser calificado como dinero se deben de satisfacer los siguientes tres criterios:

  1. Medio de intercambio: para evitar las ineficiencias de un sistema del trueque. Cuando un bien es requerido con el solo propósito de usarlo para ser intercambiado por otras cosas, posee esta propiedad. Por ejemplo, pocas personas conservan billetes para colección. En cambio, la mayoría de las personas los conservan por la posibilidad de intercambiarlos cuando lo deseen por otros bienes. Además, el dinero debe ser un bien ligero y fácil de almacenar y de transportar.
  2. Unidad contable: Cuando el valor de un bien es utilizado con frecuencia para medir y comparar el valor de otros bienes o cuando su valor es utilizado para denominar deudas, se dice que el bien posee esta propiedad. Por ejemplo, si gente de una cultura se inclina por medir el valor de las cosas en referencia a las cabras, las cabras serían la principal unidad contable. Un caballo podría costar 10 cabras y una cabaña unas 45 cabras.
  3. Conservación de valor: Cuando un bien es adquirido con el objetivo de conservar el valor comercial para futuro intercambio, entonces se dice que es utilizado como un conservador de valor. En el caso anterior, una cabra tendría un problema a la hora de servir como dinero, puesto que es un bien perecedero: con el tiempo muere. Otros materiales, como el oro y la plata, conservan sus propiedades a pesar del paso del tiempo. Es un medio de acumulación o atesoramiento. El dinero, como representante de la riqueza, tiene el poder de comprar cualquier mercancía y se puede guardar en cualquier cantidad. En otras palabras, la función de atesoramiento sólo puede realizarla el dinero de pleno valor: monedas y lingotes de oro, piedras preciosas, objetos de oro, etc. El bien escogido como medio de acumulación debe ser siempre algo que pueda guardarse durante largos periodos sin que se deteriore.

Además de los puntos anteriores, el dinero debe de ser reconocido por la sociedad que lo usa, permitiendo su identificación y valoración de una forma clara.

El dinero, tal como lo conocemos hoy (billetes y monedas sin valor propio), debe estar avalado o certificado por la entidad emisora. Actualmente son los gobiernos, a través de las leyes, quienes determinan cual es el tipo de dinero de curso legal, pero son otras entidades, como los bancos centrales (Banco Central) y las casas de la monedas (Ceca), los que se encargan, primero, de regular y controlar la política monetaria de una economía, y segundo, de crear las monedas y billetes según la demanda y la necesidad de tener dinero físico.

Sintetizando, podemos afirmar que el dinero es un activo neutro que sirve de plataforma intermedia para intercambiar bienes y servicios en la sociedad, evitando de esta manera inexactitudes de un mercado de intercambio directo de bienes y servicios (trueque).

[editar] Historia del dinero

Antiguamente, la forma común de comerciar era el sistema del trueque, intercambiando directamente bienes y servicios por otros. Este sistema es ineficiente y lo podemos ver con el siguiente ejemplo:

Un ganadero se dedica a criar cabras y necesita trigo para hacer pan. La persona que cultiva trigo no necesita ninguna cabra y por lo tanto el intercambio directo no es posible. Un herrero si quiere una cabra para comer, pero el ganadero no requiere de las herramientas fabricadas por el herrero, pero el cultivador si requiere de herramientas para su trabajo.

Desde las sociedades más primitivas, el hombre ha necesitado intercambiar los bienes obtenidos como fruto de su esfuerzo por otros. De ese modo, el que había recolectado frutos de la tierra podía desear cambiar parte de ellas por pieles en un momento dado. Así surgió el trueque. El problema es que, en ese momento, los intercambios dependían de las necesidades de cada individuo en cada momento, siendo un trámite lento y difícil adaptarse a las urgencias inmediatas de cada individuo.

En el ejemplo citado, es posible que el cazador que tenía las pieles no desease frutos de la tierra sino bastones de madera. La tarea del trueque podía resultar ardua, ya que en primera instancia el recolector de frutas requeriría encontrar a alguien dispuesto a cambiar las frutas por madera, para ir posteriormente a cambiar ésta por las pieles. En algún momento pudo suceder que el recolector de frutas diera las frutas al que poseía bastones de madera y le pidió una nota equivalente al valor de las frutas, luego se fue con esta nota y le dijo al dueño de las pieles que si le cambiaba esa nota (la cual tenia un valor en madera) por pieles, luego podría reclamarla por madera donde el emisor de la nota (el dueño de la madera). Probablemente el poseedor de las pieles recibió la nota y no fue a comprar bastones de madera sino que se la dio a otra persona en cambio por alguno otro bien o servicio, dando origen al papel moneda. Es probable que la nota nunca haya regresado al dueño de la madera, sino que fue intercambiada muchas veces hasta su destrucción.

Al final, en toda comunidad humana acaban apareciendo ciertos bienes que son más fácilmente intercambiables que otros, de forma que los individuos los demandan, no por su utilidad, sino por su especial capacidad para circular por el mercado, para servir de moneda de cambio. En definitiva, por su liquidez. Un claro ejemplo serían los cigarrillos en el ambiente carcelario, que serían utilizados incluso por los no fumadores para cambiar por otros bienes, o los chocolates en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, producto que por su aguda escasez servía informalmente para niños y adultos como moneda de cambio de otros bienes. Éste ejemplo ilustra la necesidad de un nexo común que los una a todos y que permita el intercambio de todos esos bienes y servicios. Dicho nexo es el dinero, que facilita todas esas transacciones comerciales de una manera fácil y sencilla, favoreciendo de este modo la expansión del comercio.

El dinero que fue usado en sus inicios no es como hoy lo conocemos. Distintas civilizaciones han adoptado distintos bienes para realizar la función de dinero: alimentos, conchas, metales y piedras preciosas, etc...

Con el paso del tiempo, el oro y la plata fueron ampliamente usados como dinero debido a su valor aceptado mundialmente, la facilidad de transportarlos respecto a otras soluciones y a que son metales que conservan sus propiedades a lo largo del tiempo. Para garantizar o certificar que un trozo de metal ó moneda contenía una cierta cantidad de oro y/o plata, se comenzó su acuñación, a modo de garantía o certificación, por parte de entidades reconocidas (gobiernos, bancos), que avalaban el peso y la calidad de los metales que contenían.

Las primeras monedas que se conocen, se acuñaron en Lidia, la actual Turquía en el Siglo VII a. C.

Monedas de un tercio de estátera, acuñadas a principios del siglo VI a. C.

De acuerdo con Heródoto, el pueblo lidio fue el primero en introducir el uso de monedas de oro y plata, y también el primero en establecer tiendas de cambio en locales permanentes. Se cree que fueron los primeros en acuñar monedas estampadas, durante el reinado de Giges, en la segunda mitad del siglo VII a. C..[1] Otros numismáticos remontan la acuñación a Ardis II. La primera moneda fue hecha de electro (aleación de oro y plata),[2] con un peso de 4,76 gramos, para poder pagar a las tropas de un modo regulado.[3] El motivo del estampado era la cabeza de un león, el símbolo de la realeza. El estándar lidio eran 14,1 gramos de electrón, y era la paga de un soldado por un mes de servicio; a esta medida se le llamó estátera.


Fue necesaria una evolución en la cual los Estados emitían billetes y monedas que daban derecho a su portador a intercambiarlos por oro o plata de las reservas del país. La evolución del respaldo del papel moneda es el siguiente:

  • En los siglos XVIII y XIX, muchos países tenían un patrón bimetálico, basado en oro y plata.
  • Entre 1870 y la Primera Guerra Mundial se adoptó principalmente el Patrón oro, de forma que cualquier ciudadano podría transformar el papel moneda en una cantidad de oro equivalente.
  • En el periodo entre guerras mundiales se trató de volver al Patrón Oro, si bien la situación económica y la crisis o crack del 29 terminó con la convertibilidad de los billetes en oro para particulares.
  • Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados establecieron un nuevo sistema financiero en los acuerdos de Bretton Woods, en los cuales se establecía que todas las divisas serían convertibles en dólares estadounidenses y sólo el dólar estadounidense sería convertible en lingotes de oro a razón de 35 dólares por onzas para los gobiernos extranjeros.
  • En 1971, las políticas fiscales expansivas de los EE.UU., motivadas fundamentalmente por el gasto bélico de Vietnam, provocaron la abundancia de dólares, planteándose dudas acerca de su convertibilidad en oro. Esto hizo que los bancos centrales europeos intentasen convertir sus reservas de dólares en oro, creando una situación insostenible para los EE.UU. Ante ello, en diciembre de 1971, el presidente de EE.UU., Richard Nixon, suspendió unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro y devaluó el dólar un 10%. En 1973, el dólar se vuelve a devaluar otro 10 %, hasta que, finalmente, se termina con la convertibilidad del dólar en oro.
  • Desde 1973 hasta nuestros días, el dinero que hoy usamos tiene un valor que está en la creencia subjetiva de que será aceptado por los demás habitantes de un país, o zona económica, como forma de intercambio. Las autoridades monetarias y Bancos Centrales no pretenden defender ningún nivel particular de tipo de cambio, pero intervienen en los mercados de divisas para suavizar las fluctuaciones especulativas de corto plazo, con el objetivo de mantener a corto plazo la estabilidad de precios y evitar situaciones como la hiperinflación, que hacen que el valor de ese dinero se destruya, al desaparecer la confianza en el mismo o la deflación.

[editar] El dinero y la liquidez de los activos

Como se ha visto en la definición del Dinero, este puede ser cualquier bien (activo), contrato, certificado o cualquier cosa que tenga valor para las partes que intervienen en una transacción. De hecho, cualquiera puede crear su propio dinero, y se hace en la actualidad, por ejemplo, en los comercios minoristas con la emisión de los vales de compra, pero este tipo de dinero tiene un inconveniente, que sólo es aceptado por la misma tienda que los emitió, por lo que su liquidez es muy limitada.

En la actualidad el único tipo de dinero que se considera legalmente como tal, es el dinero emitido por los bancos centrales (billetes y monedas), también denominado dinero legal, y siempre ha de ser aceptado como forma de pago. Se considera que el dinero legal es el activo más líquido al cual se pueden convertir el resto de activos (bienes, servicios, deudas u obligaciones) y viceversa.

Hay diferentes tipos de activos que se pueden clasificar según su grado de liquidez respecto al Dinero. Por ejemplo, las cantidades de las cuentas bancarias (depósitos a la vista) son considerados como dinero bancario que se puede convertir en dinero legal, en una relación de 1:1, de forma inmediata, es decir, cuando hacemos un depósito en efectivo en una cuenta corriente, éste se convierte en dinero bancario, que viene de hacer una simple anotación contable en el pasivo (obligaciones o deudas) del banco, donde se indica que el banco debe esa cantidad de dinero al depositante, y además, existe el compromiso (contrato) por parte del banco de convertir el dinero bancario (deuda) en dinero legal (efectivo) de forma inmediata si el cliente así lo solicita. Desde el punto de vista del cliente, lo que tiene es un activo en forma de deuda (dinero bancario) con un alto grado de liquidez ya que existe el compromiso por parte del banco de que siempre lo puede convertir en dinero legal. Con el dinero legal depositado por el cliente, el banco hace su negocio, prestando parte mediante créditos a otros clientes, comprando bonos o acciones, etc..., pero debe mantener reservado otra parte (reserva legal y la propia) para poder hacer frente a los reintegros de los clientes u otros compromisos de pago.

Los diferentes pasivos que tienen los bancos (deudas y obligaciones: cuentas bancarias, depósitos, valores emitidos a menos de 2años, repos, ...) dentro de un sistema económico se pueden clasificar según la liquidez que tengan respecto al dinero, es decir, la facilidad de convertirlos a este. A esta clasificación se la denomina oferta monetaria y se define con los diferentes agregados monetarios.

Hay que añadir que, al igual que los bancos, las empresas también pueden emitir deuda, y esta es susceptible de ser negociada, por ejemplo, en los mercados de renta fija, y por lo tanto también puede ser considerado un tipo de dinero con un cierto grado de liquidez. A este tipo de emisiones se le llama de papel comercial, pero no forman parte de ninguno de los agregados monetarios, a pesar de que pueden tener las mismas características que los componentes de dichos agregados.

[editar] Creación de dinero

En los sistemas económicos actuales, el dinero es creado por dos procedimientos:

  • Dinero legal, es el creado por el Banco Central mediante la acuñación de monedas e impresión de billetes (dinero como efectivo).
  • Dinero bancario, es el "creado" por los bancos privados mediante la anotación en cuenta de los depósitos suscritos por los clientes.

La cantidad de dinero creada es medida mediante los agregados monetarios.

Nota aclaratoria: Cuando se habla de dinero creado por parte de los bancos privados, realmente estos no lo crean, lo que existe es una conversión de dinero legal al llamado dinero bancario con una relación de 1 a 1. Esta expresión se debe a que los bancos tienen un compromiso de pago inmediato, en dinero legal (billete y monedas), con sus clientes depositantes, es decir, es una deuda fácilmente liquidable diariamente (vencimiento diario). Esto crea la sensación de que el banco tiene el 100% de nuestro dinero guardado, pero en realidad no es así. Cuando un cliente consulta su cuenta y ve su saldo, lo único que está viendo es una anotación contable de lo que le debe el banco a él, ya que, el banco ha prestado parte del dinero de todos sus depositantes a otro cliente a través de un crédito, o también puede estar invertido en bonos o acciones de empresas. El banco suele tener una reserva (legal 2%, más la operativa) de dinero en efectivo para hacer frente a sus compromisos de pago, como puede ser la retirada de efectivo de clientes, transferencia de cantidades a otras entidades, etc.., el resto de activos son bonos, acciones, hipotecas, créditos, oficinas, etc... que se podrán convertir a dinero en mayor o menor medida (liquidez del activo). Es por ello la existencia del llamado "pánico bancario" ya que si todos los clientes de un banco quieren ejercer su derecho a retirar todo su dinero, el banco no podrá hacer frente a dicho compromiso de pago en dinero legal, en este caso se produciría una quiebra bancaria en la que se tendrían que liquidar los activos (bonos, acciones, etc...), como en cualquier otro concurso de acreedores. En el sistema actual es muy improbable que esto suceda, ya que hay mecanismos para intentar evitar la quiebra de los bancos debido a estos pánicos, como ejemplo de ello, tenemos la crisis financiera del 2008, donde hemos visto como varios bancos han sido rescatados por los gobiernos y bancos centrales para evitar estas quiebras.

En resumen, que el banco tenga, por ejemplo, un 10% del valor de los depósitos en dinero en efectivo, no significa que el 90% del valor restante exista en dinero real, virtual o imaginario, ese 90% del valor está contenido en otros activos (bonos, acciones, créditos, etc...). Además, hay que mencionar que si un cliente extiende un cheque o realiza una transferencia a una cuenta en otro banco, el banco origen deberá enviar el dinero legal (billetes y monedas) hacia el banco destino, pero esto no se hace ni inmediatamente, ni directamente, sino mediante las llamadas cámaras de compensación, o también, los sistemas de compensación electrónica, en las cuales se calculan los saldos netos de las entidades bancarias donde se han recibido y emitido cheques, transferencias u otros medios de pagos, y cada cierto periodo (diario - semanal) se retira o se abona el dinero legal (billetes y monedas) de ellas según dichos saldos.

[editar] Respaldo del dinero

Se considera que el valor del dinero debería estar respaldado en metales preciosos (oro, plata, etc.) o en divisas extranjeras; sin embargo, ninguno de estos métodos es seguro, considerando que su valor está sujeto a la oferta y la demanda, y no se puede garantizar que de repente no se descubran grandes reservas minerales del metal o se genere una aplicación que aumente su demanda. Lo mismo sucede con las divisas. Puesto que el dinero no está actualmente respaldado por ningún activo concreto es denominado Dinero fiduciario. Recientemente se ha cuestionado ambas relaciones, tanto del respaldo oro como la ley de la oferta y demanda, en el valor del dinero.

De hecho, el dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptan entregar sus bienes o servicios a otros, a cambio de los símbolos monetarios (billetes, monedas, etc.); por lo tanto, el respaldo del dinero es la suma de los bienes y servicios de la Población; o sea, el Producto Interno Bruto o PIB.

El Gobierno debe impedir que el agregado monetario sea superior al PIB para sostener su valor. Sin embargo, el gobierno puede optar por imprimir más billetes que derivaría en inflación y la devaluación de su moneda, como una manera de financiar sus programas populistas, como en diversas naciones o épocas bien conocidas; se recuerda que una taza de café llegó a costar en la Alemania pre-hitleriana Millones de Papiermark marcos, y la taza de café subía de precio en lo que era bebida

Mercado

Mercado

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La aparición del dinero contribuyó de manera muy importante al comercio. Mercado es, entonces, cualquier conjunto de transacciones o acuerdos de negocios entre compradores y vendedores. En contraposición con una simple venta, el mercado implica el comercio regular y regulado, donde existe cierta competencia entre los participantes.

El mercado es, también, el ambiente social (o virtual) que propicia las condiciones para el intercambio. En otras palabras, debe interpretarse como la institución u organización social a través de la cual los ofertantes (productores y vendedores) y demandantes (consumidores o compradores) de un determinado bien o servicio, entran en estrecha relación comercial a fin de realizar abundantes transacciones comerciales. Los primeros mercados de la historia funcionaban mediante el trueque. Tras la aparición del dinero, se empezaron a desarrollar códigos de comercio que, en última instancia, dieron lugar a las modernas empresas nacionales e internacionales. A medida que la producción aumentaba, las comunicaciones y los intermediarios empezaron a desempeñar un papel más importante en los mercados.

Una definicion de mercado segun la mercadotecnia : Organizaciones o individuos con necesidades o deseos que tienen capacidad y que tienen la voluntad para comprar bienes y servicios para satisfacer sus necesidades.


[editar] Tipos de mercados

Entre las distintas clases de mercados se pueden distinguir los mercados al por menor o minoristas, los mercados al por mayor o distribuidores, los mercados web, los mercados de productos intermedios, de materias primas y los mercados de acciones (bolsas de valores).

El término mercado también se emplea para referirse a la demanda de consumo potencial o estimada.

El concepto clásico de mercado de libre competencia define un tipo de mercado ideal, en el cual es tal la cantidad de agentes económicos interrelacionados, tanto compradores como vendedores, que ninguno de ellos es capaz de interferir en el precio final del bien o servicio intercambiado. Por tanto, existen tensiones en este sistema cuando se dan casos de monopolios u oligopolios.

El criterio más frecuentemente utilizado para clasificar los distintos tipos de mercados es el que se refiere al número de participantes en él. La competencia que se produzca entre un gran número de vendedores (competencia perfecta) será distinta de la que se genera en un mercado donde concurran un número reducido de vendedores (oligopolio). Como caso extremo, donde la competencia es inexistente, se destaca aquel en el que el mercado es controlado por un sólo productor (monopolio). En cualquiera de estas situaciones cabe que los productores compartan el mercado con gran cantidad de compradores, con pocos o con uno solo.

Atendiendo al número de personas que participan en el mercado (o nivel de competencia), se pueden clasificar en:

[editar] Mercado y competencia perfecta

Artículo principal: Competencia perfecta

No todos los mercados son eficientes en el sentido de que no en todos ellos existe unas condiciones técnicas llamadas de competencia perfecta. Los mercados eficientes o de competencia perfecta son aquellos en los que se asume que existen tantos vendedores como compradores de un mismo bien o servicio que ninguno de ellos, actuando independientemente, puede influir sobre la determinación del precio y que éste a su vez, está dado y es fijado por las mismas fuerzas del mercado.

La competencia perfecta es una representación idealizada de los mercados de bienes y de servicios en la que la interacción recíproca de la oferta y la demanda determina el precio. Un mercado de competencia perfecta es aquel en el que existen muchos compradores y muchos vendedores, de forma que ningún comprador o vendedor individual ejerce influencia decisiva sobre el precio. Para que esto ocurra, debe cumplirse estos siete elementos:

  1. Existencia de un elevado número de oferentes y demandantes. La decisión individual de cada uno de ellos ejercerá escasa influencia sobre el mercado global.
  2. Homogeneidad del producto. No existen diferencias entre los productos que venden los oferentes.
  3. Transparencia del mercado. Todo los participantes tienen pleno conocimiento de las condiciones generales en que opera el mercado.
  4. Libertad de entrada y salida de empresas. Todas las empresas, cuando lo deseen, podrán entrar y salir del mercado.
  5. Libre acceso a la información.
  6. Libre acceso a recursos.
  7. Beneficio igual a cero en el largo plazo.

La esencia de la competencia perfecta no está referida tanto a la rivalidad como a la dispersión de la capacidad de control que los agentes económicos pueden ejercer sobre la marca del mercado. Cuando no se viola flagrantemente alguno de los requisitos para la competencia perfecta se produce un fallo de mercado.

[editar] El funcionamiento de los mercados en competencia perfecta

Artículo principal: Equilibrio parcial

La oferta y la demanda del producto determina un precio de equilibrio, y a dicho precio las empresas deciden libremente que cantidad producir.

Por consiguiente, el mercado determina el precio y cada empresa acepta este precio como un dato fijo sobre el que no puede influir.

A partir del precio de equilibrio cada empresa individual producirá la cantidad que le indique su curva de oferta para ese precio concreto. La curva de oferta de cada empresa está condicionada por su costo de producción. (Costo marginal en términos más precisos).

Al precio que se determine en el equilibrio de un mercado competitivo las empresas no tendrán, en general, los mismos beneficios. Esto se deberá a que, si bien suponemos que todas las empresas conocen la misma tecnología a corto plazo, las instalaciones fijas de cada empresa serán diferentes, de forma que los costos y beneficios serán distintos.

Aunque esta situación puede existir en el corto plazo (mientras no sea posible alterar el tamaño de la empresa), no se mantendrá en cuanto las organizaciones logren readaptar sus procesos productivos. Además, los beneficios que obtengan las empresas más eficientes, serán tenidos en cuenta por las compañías de otros mercados o sectores. De nuevo. en el corto plazo, éstas no podrán abandonar el sector en el que se encuentran, pero tan pronto como puedan liquidar sus instalaciones, lo harán.

Así, en un mercado de competencia perfecta hay una tendencia a que se minimicen los costes y se equiparen así los beneficios.

El término "se vacía el mercado", proviene de lo mismo: se cumple el objetivo de la competencia perfecta, el cual es maximizar los excesos de oferta por parte de los empresarios, y el exceso de demanda por los consumidores. Un "mercado vacío" es aquel en el que se vendió y compró todo lo que se produjo.

[editar] La competencia perfecta y la eficiencia económica

En los mercados de competencia perfecta, las empresas que pretenden obtener mayores beneficios deben recurrir al máximo aprovechamiento de la tecnología. Por lo tanto, la búsqueda de mayores beneficios va asociada a la combinación más eficiente y rentable de los factores productivos y a la modernización de la tecnología. El mercado es el negocio que hacen los vendedores para obtener su ganancia, ellos venden a los compradores, clientes ó consumidores.

[editar] Mercados de competencia imperfecta o monopolística

Artículo principal: Competencia imperfecta

Los mercados de competencia imperfecta son aquellos en los que bienes y productores son los suficientemente grandes como para tener un efecto noble sobre el precio.

La diferencia fundamental con los mercados de competencia perfecta reside en la capacidad que tienen las empresas oferentes de controlar en precio. En estos mercados, el precio no se acepta como un dato ajeno, sino que los oferentes intervienen activamente en su determinación.

En general, puede afirmarse que cuanto más elevado resulte el número de participantes, más competitivo será el mercado.

[editar] Otros tipos de mercado

Mercado Internacional: Es aquel que se encuentra en uno o más países en el extranjero. Mercado Nacional: Es aquel que abarca todo el territorio nacional para el intercambios de bienes y servicios. Mercado Regional: Es una zona geográfica determinada libremente, que no coincide de manera necesaria con los límites políticos. Mercado de Intercambio Comercial al Mayoreo: Es aquel que se desarrolla en áreas donde las empresas trabajan al mayoreo dentro de una ciudad. Mercado Metropolitano: Se trata de un área dentro y alrededor de una ciudad relativamente grande. Mercado Local: Es la que se desarrolla en una tienda establecida o en modernos centros comerciales dentro de un área metropolitana.

[editar] El Mercado desde el Márketing

Artículo principal: Mercado (Marketing)

Desde el punto de vista del marketing, el mercado está formado por todos los consumidores o compradores actuales y potenciales de un determinado producto. El proceso de medición es un aspecto fundamental en la investigación de mercados. La medición de los fenómenos de mercado es esencial para el proceso de suministrar información significativa para la toma de decisiones. Los aspectos que son medidos comúnmente son: el potencial del mercado para un nuevo producto, los compradores de grupos según las características demográficas o psicográficas, las actitudes, percepciones o preferencias de los compradores hacia una nueva marca, o determinar la efectividad de una nueva campaña publicitaria. Para muchos proyectos de investigación, el error de medición puede ser considerablemente mayor que el error muestral. El hecho de tener una comprensión clara del problema de medición y la forma de controlar este error es un aspecto importante en el diseño de un proyecto eficaz de investigación de mercados. La tarea de seleccionar y diseñar las técnicas de medición es responsabilidad del especialista de investigación. Sin embargo, con frecuencia la persona que toma decisiones debe aprobar las técnicas de medición recomendadas y necesita estar segura de que estas técnicas sean eficaces en el control del error de medición. El tamaño de un mercado, desde este punto de vista, guarda una estrecha relación con el número de compradores que deberían existir para una determinada oferta. Todos los integrantes del mercado deberían reunir tres características:deseo, renta y posibilidad de acceder al producto.

Curvas de indiferencia

Curvas de indiferencia

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Figura 1: Un ejemplo de mapa de indiferencia con tres curvas de indiferencias.
Figura 2:Deducción de las curvas de indiferencia. En primer lugar comprobamos que la utilidad marginal es decreciente respecto a las dos variables (requisito para que las curvas sean convexas y exista equilibrio). A continuación creamos una representación de la función en la que Z sea la utilidad. Finalmente proyectamos las curvas de nivel en el plano XY.

En microeconomía las curvas de indiferencia se definen como los conjuntos de puntos en el espacio de combinaciones de bienes para los que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación representada por uno sobre la combinación representada por otro. La satisfacción del consumidor se caracteriza mediante la función de utilidad en la que las variables son las cantidades de cada bien representadas por el valor sobre cada eje.

Existen discrepancias entre autores sobre si la continuidad, derivabilidad y convexidad de dichas curvas están garantizadas y ello tiene fuertes implicaciones en al discusión de la existencia o no de puntos de equilibrio. Desde un punto de vista matemático la discusión implica el axioma de elección.


[editar] Historia

La teoría de las curvas de indiferencia fue desarrollada por Francis Edgeworth, Vilfredo Pareto y otros en la primera parte del siglo XX. La teoría se deriva de la teoría de la utilidad ordinal, que presupone que los individuos siempre pueden clasificar cualquier combinación de bienes por orden de preferencia.

[editar] Mapa de curvas y propiedades de las curvas de indiferencia

La representación gráfica que muestra el conjunto de curvas de indiferencia para un consumidor, asociadas a distintos niveles de utilidad, se denomina mapa de indiferencia. Los puntos que muestran diferentes niveles de utilidad están asociados con distintas curvas de indiferencia. Una curva de indiferencia describe las preferencias personales y así puede variar de una persona a otra.

Las curvas de indiferencia representan las preferencias del consumidor y de forma genérica se pueden sacar conclusiones sobre ellas que son trasladables a las propiedades de las curvas de indiferencia:

  1. Son decrecientes. Una disminución en el consumo de un bien se compensa con un incremento en el consumo del otro bien. También se podría expresar de forma que el incremento del consumo de un bien (X) produce un incremento de la satisfacción total del individuo si no se compensa con una disminución del consumo del otro bien (Y).
  2. Son curvas convexas hacia el origen, lo que significa que valoramos más un bien cuanto más escaso es. Cuando disponemos en abundancia de un bien, estamos dispuestos a prescindir de una unidad a cambio de poca cantidad del bien alternativo. Sin embargo cuando tenemos que renunciar a algo que ya es escaso, solo mantendremos nuestro nivel de utilidad si cada unidad a la que renunciamos la compensamos con cantidades crecientes del otro bien.
  3. Se prefieren las curvas más alejadas del origen. Los consumidores, dado el axioma de insaciabilidad, prefieren cestas de consumo con una cantidad mayor de bienes que otra con menos. Esta preferencia se refleja en las curvas de indiferencia. Como muestra la figura 1, las curvas de indiferencia más altas representan mayores cantidades de bienes que las más bajas, por tanto el consumidor prefiere las curvas de indiferencias más altas.
  4. Carácter transitivo de las curvas del que se deriva que las curvas no se cruzan y que por cada punto del espacio pasa una única curva de indiferencia.

Algunas de las propiedades de las curvas de indiferencia expuestas son características que suelen encontrarse en las curvas de indiferencia, pero no hay nada en la teoría que impida que sean de otra forma, y de hecho sería posible encontrar algunas preferencias que rompan estas normas y se representen de otras maneras.

[editar] Aplicación

  • La teoría del consumidor usa las curvas de indiferencia y la recta de balance para obtener la curva de demanda del consumidor que se define como el conjunto de puntos que potencialmente pueden ser de equilibrio. Notese reciprocamente que en caso que las curvas de indiferencia carezcan de alguna de las restricciones exigidas por el modelo (continuidad, derivabilidad, convexidad, utilidad marginal decreciente de ambos bienes, no sustituibilidad perfecta, etc.) la existencia de puntos de equilibrio no queda garantizada en absoluto.

[editar] Ejemplo de curvas de indiferencia

Figura 3: Tres curvas de indiferencia donde los bienes X e Y son perfectamente sustitutivos. En este caso el equilibrio no es único.

En la figura 1, el consumidor elegirá I3 en vez de I2, y también se elegirá I2 mejor que I1, pero no informa donde se colocará el consumidor dentro de la curva. La pendiente de una curva de indiferencia (en valor absoluto), conocido por los economistas como relación marginal de sustitución, mide la relación en la que el consumidor está dispuesto a sustituir un bien por el otro. Para la mayoría de los bienes la relación marginal de sustitución no es constante, así que sus curvas de indiferencia son curvas. Las curvas son convexas al origen, mostrando el efecto sustitución negativo.

Si los bienes son bienes sustitutivos perfectos, las curvas de indiferencias serán rectas paralelas, con una pendiente constante. La relación marginal de sustitución será constante. Un ejemplo de función de utilidad que está asociada con las curvas de indiferencia como éstas podría ser: U\left(x,y\right)=\alpha x + \beta y.

Si los bienes son perfectamente complementarios las curvas de indiferencia tendrán forma de "L". Un ejemplo típico de bienes complementarios perfectos sería zapatos del pie izquierdo y zapatos del pie derecho. A un consumidor le es indiferente que se incremente el número de zapatos del pie derecho mientras no lo hagan también los zapatos del pie izquierdo. La característica más importante de estos bienes es que el consumidor prefiere consumirlos en proporciones fijas. Un ejemplo de función como el descrito sería: U\left(x,y\right)= \min \{ \alpha x, \beta y \}.

Las diversas formas de las curvas implican respuestas diferentes a un cambio en precio como muestra el análisis de la demanda dentro de la teoría del consumidor.

martes, 3 de agosto de 2010

Teoria del Consumidor

Teoría del consumidor

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La teoría del consumidor es la modelización económica del comportamiento de un agente económico en su carácter de consumidor de bienes y de servicios. Esta teoría relaciona las preferencias, las curvas de indiferencia y las restricciones presupuestarias a las curvas de demanda del consumidor. Es una rama de la microeconomía.


[editar] Teoría neoclásica del consumidor

Es la teoría más comúnmente recogida en los manuales de microeconomía. Y entre los supuestos más fuertes están:

  1. Las preferencias del consumidor pueden modelizarse como una función de utilidad U convexa y al menos dos veces diferenciable.
  2. Las funciones de utilidad no varían en el proceso de consumo, esto tiene el efecto de que el consumidor se comporta igual que si antes de consumir nada decidiera como distribuir la renta disponible (en lugar de ajustar adaptativamente el consumo a medida que gasta la renta disponible.

De acuerdo con estas asunciones, fijado un nivel de precios un consumidor perfectamente racional consumirá cantidades de cada bien de tal manera que la utilidad total sea la máxima posible compatible con la renta disponible. Es decir, un consumidor racional consumiría cantidades de bienes (Q_1^*,\dots,Q_n^*) de tal manera se cumpla:

U(Q_1^*,\dots,Q_n^*) = \max_{(Q_1,\dots,Q_n)\in \mathcal{R}} U(Q_1,\dots,Q_n)

Donde el conjunto se refiere al conjunto de valores a los que afecta la restricción presupuestaria:

\mathcal{R} = \{(Q_1,\dots,Q_n)\in \R_+^n|\ P_1Q_1+\dots+P_nQ_n = Y_d \}

Donde:

(P_1,\dots,P_n) \in \R_+^n es el vector de precios (positivos) de los n bienes de la economía.
Y_d\, es la renta disponible del individuo para el consumo.

[editar] Consecuencias

  • Los supuestos anteriores implican que existe una curva de demanda continua para cada consumidor.
  • Los supuestos anteriores implican que no existen bienes insubstituibles, es decir, que una disminución en el consumo de un bien, puede ser compensada con un mayor consumo de otros bienes. Esta consecuencia ha sido criticada, argumentando que ciertos bienes, como algunos alimentos, son necesarios y no son intercambiables por una mayor cantidad de ocio por ejemplo.

[editar] Teoría postkeynesiana del consumidor

La teoría del consumidor postkeynesiana difiere abruptamente de la anterior al admitir que las preferencias tienen una estructura lexicográfica incompatible con la existencia de una función de utilidad escalar. Así el consumidor dividiría los bienes entre categorías y preasignaría una parte de la renta a cada categoría distribuyendo entre los bienes de cada categoría posteriormente el presupuesto. Existe una cierta evidencia empírica de que los consumidores gastan su dinero de esta manera. Las ideas básicas proceden de Nicholas Georgescu-Roegen y Herbert Simon de la escuela behaviorista. Los principios básicos son:

  1. Racionalidad procedimiental (Herbert Simon). El consumidor se regiría por reglas o hábitos no compensadores.
  2. Saciedad (Georgescu-Roegen). Más allá de un umbral finito la necesidad queda satisfecha y consumir más unidades no aumenta la satisfacción o "utilidad".
  3. Separación (Lancaster). El consumidor divide los bienes y necesidades en diversas categorías, débilmente relacionadas (medidas a partir de las elasticidades-precio cruzadas).
  4. Subordinación (Georgescu-Roegen). Las necesidades están jerarquizadas y subordinadas unas a otras.
  5. Crecimiento (Georgescu-Roegen, Pasinetti). El tiempo y el aumento de ingresos permiten pasar de una necesidad a otra de forma escalonada.
  6. Dependencia (J. K. Galbraith). Las necesidades están influidas por la publicidad, las modas, la cultura y los amigos.
  7. Herencia (Georgescu-Roegen). Las elecciones de hoy están condicionadas por las elecciones de ayer. De acuerdo con esto a medida que mejora o empeora la renta de un consumidor las variaciones de las cantidades consumidas serán dependientes de las del pasado más que decisiones optimizadoras.

[editar] Racionalidad procedimental

Se ha comprobado empíricamente que la gran mayoría de decisiones de los consumidores son espontáneas y se basan en rutinas o procedimientos que no atiende a más de uno o dos criterios. Los consumidores no examinan sistemáticamente todas las opciones posibles, salvo para ciertos bienes. Los procedimientos dependen mucho más de la costumbre previa que del análisis racional de todas las posibilidades. Ese medio para decidir, llamado racionalidad procedimental, proporciona un medio rápido y sencillo de tomar decisiones, un procedimiento de optimización riguroso entre todas las posibilidades podría ser inadecuado. Por tanto, podemos decir, que un consumidor con información limitada y conocimientos limitados esta siendo racional al escoger métodos procedimentales de elección, pero este tipo de racionalidad no es la racionalidad optimizadora que presupone la teoría neoclásica.

[editar] Saciedad o saturación

Más allá de cierto umbral finito consumido, una necesidad queda satisfecha y consumir más unidades asociadas a esa necesidad no aporta ninguna satisfacción adicional. Eso implica matemáticamente que a partir e cierto valor finito de la cantidad consumida la derivada de la utilidad marginal se anula idénticamente. Las consecuencias de este principio han sido analizadas por Georgescu-Roegen.

[editar] Separación

De acuerdo con este principio introducido por Lancaster, el consumidor subdivide sus elecciones y necesidades en diversas categorías, débilmente relacionadas unas con otras. Eso implica que los cambios en los índices de precios de un tipo de productos asociados a una determinadas necesidades, no afecta prácticamente a las cantidades consumidas de otras categorías, ya que las categorías son básicamente independientes. Así difícilmente una cantidad insuficiente de alimento puede ser compensada por una mayor cantidad de oferta cultural, dado que probablemente el alimento y el deseo de ocio pertenecen a categorías diferentes de deseos y necesidades.

Este principio postkeynesiano contrasta con las hipótesis típicas de la teoría neoclásica donde cualquier disminuición en la cantidad proveída para una necesidad puede ser compensada por una cantidad superior de otro producto.dd

[editar] Subordinación

Artículo principal: Pirámide de Maslow

Las necesidades son a menudo jerarquizadas, subordinadas unas a otras. Este principio se asocia a menudo a la pirámide de necesidades de Abraham Maslow. Según el principio de subordinación la distribución del presupuesto no consiste en maximizar una utilidad entre bienes disponibles, sino que los bienes situados en un nivel jerárquico no son consumidos a menos que estén mínimamente satisfechas las necesidades de bienes de los niveles jerárquicos inferiores. Esto puede implicar en algunos casos que orden de preferencias de combinaciones de bienes siga un orden lexicográfico. Si eso sucede entonces la función de utilidad asociada a la utilidad marginal tiene que estar representada por un vector cada una de cuyas componentes estaría asociada a un determinado nivel jerárquico de necesidades.[1]

[editar] Crecimiento

Este principio tratado por Georgescu-Roegen y Pasinetti establece, que el tiempo y el crecimiento de la renta disponible para un consumidor hacen que sus preferencias evolucionen escalonadamente y el acceder a niveles de renta superiores hace que se consideren necesidades que previamente no habían sido consideradas.

[editar] Dependencia

El principio de dependencia es el reconocimiento de que los gustos dependen de la publicidad, las modas, el grupo social al que pertenece el agente económico, y no simplemente de unos gustos autónomos objetivos. Este principio fue señalado inicialmente por John Kenneth Galbraith.

[editar] Herencia

El principio de herencia establece que las preferencias actuales de un consumidor dependen de su historia pasada de consumo. Es decir, las elecciones de hoy están condicionadas por las elecciones de ayer. Esto hace que la dinámica de consumo a lo largo del tiempo, no depende de maximizar una función de utilidad objetiva e inmutable, sino que nuestra historia de elecciones pasadas puede ser lo más determinante en la configuración de nuestros gustos actuales. Esto hace que las preferencias de los agentes económicos sean altamente dependientes de su historia vital.

domingo, 25 de julio de 2010

Macroeconomía

Macroeconomía

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Circuito macroeconómico en una economía abierta.

La macroeconomía es la parte de la economía encargada del estudio global de la economía en términos del monto total de bienes y servicios producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, y el comportamiento general de los precios. La macroeconomía puede ser utilizada para analizar cuál es la mejor manera de influir en objetivos políticos como por ejemplo hacer crecer la economía, estabilidad de precios, trabajo y la obtención de una sustentable balanza de pagos. La macroeconomía por ejemplo, se enfoca en los fenómenos que afectan las variables indicadoras del nivel de vida de una sociedad. Además objetiza más al analizador la situación económica de un país propio en el que vive, permitiendo entender los fenómenos que intervienen en ella.


[editar] Orígenes

El término macro- proviene del griego makros que significa grande, e inicialmente el sentido de los términos macroeconomía y microeconomía pretendía guardar cierto paralelismo a la distinción física entre nivel macroscópico y nivel microscópico de estudio. En el primero importaría las propiedades emergentes asociadas a miles o millones de componentes autónomos en interacción, mientras que en el nivel "micro" se trataría de describir el comportamiento de los componenentes autónomos bajo las acciones a las que estaban sometidos. Sin embargo, en el uso moderno la macroeconomía y la microeconomía, no son términos paralelos de los términos macroscópico y microscópico.

El enfoque microscópico se centraba en la conducta de los agentes económicos y en los resultados previsibles de sus acciones bajo ciertos estímulos, bajo cierta hipótesis de comportamiento. Sin embargo, para una economía compleja formada por miles o millones de agentes, el enfoque al igual que sucedía con la física de sistemas de millones de partículas, el enfoque "micro" es inviable. Por eso a partir de principios de siglos cada vez más se buscó un enfoque "macro" en que se hacía abstracción de un buen número de magnitudes y hechos relacionados con los agentes económicos, y se trataban de buscar equilibrios de variables agregadas. Así el enfoque macro se concentraba en niveles de renta, tipos de interés, ahorro, consumo y gasto totales debidos a todos los agentes. La conducta agregada se modelizaba por funciones hipotéticas que se supone describen el comportamiento cualitativo aproximado de ciertas relaciones entre las macrovariables.

Con la gran depresión de la década de 1930 y el desarrollo del concepto de las estadísticas nacionales de entrada y de producto (estudio del Producto interno bruto), el campo de uno de los desafíos de la economía ha sido la lucha para reconciliar los modelos de macroeconomía y la microeconomía. El modelo IS-LM de Hicks y los argumentos keynesianos sobre la aparición de las crisis económicas son un ejemplo de los primeros ejemplos razonablemente abarcadores del enfoque macroeconómico.

Al comienzo de la década de 1950 los macroeconomistas desarrollaron modelos micro-basados del comportamiento macroeconómico (tal como la función del consumo). El economista holandés Jan Tinbergen desarrolló el primer modelo macroeconómico comprensivo a nivel nacional, el cual desarrolló primero para Holanda y luego aplicó en los Estados Unidos y el Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial. El primer proyecto mundial de modelo económico, el Wharton Econometric Forecasting Associates LINK (asociados Wharton para la predicción econométrica) fue iniciado por Lawrence Klein y fue mencionado en su llamado por el Premio de ciencias económicas en memoria de Alfred Nobel del banco de Suecia en 1980.

En la década de 1970 contribuye con partes para comprender el todo. Cuando uno aprende más sobre cada escuela económica, es posible combinar aspectos de cada una para alcanzar una síntesis informada.

[editar] Los modelos macroeconómicos

La Macroeconomía es un estudio de la economía de un país (o de otro tipo de agregado de agentes económicos, como podría ser una región de un país, o una zona que comprendiera varios países, etcétera) a partir de las relaciones económicas que los agentes de ese país sostienen entre ellos y con el exterior (Recalcamos que esto es importante por la cada vez mayor interdependencia económica mundial).

Dado que las relaciones económicas posibles son muchas y muy complejas, se hacen supuestos simplificadores para ir estudiando a grandes rasgos lo que sucede con las distintas variables económicas implicadas cuando se producen cambios en el entorno económico estudiado. Dependiendo de los supuestos que se hagan, de qué relaciones se consideren o no, de qué tipo de efectos transmitan estas relaciones, como se haga esa transmisión, y de que se suponga qué valores del mundo real representan las variables utilizadas, se obtendrán unos modelos u otros, de ahí que exista una gran variedad de modelos que predigan o expliquen cosas diferentes acerca del funcionamiento de la macroeconomía.

Generalmente, una escuela de pensamiento económico tiene asociados unos modelos porque esa escuela concede más importancia a ciertas variables económicas que a otras o supone que las relaciones de esas variables económicas con el resto son de una naturaleza diferente. De ahí la diversidad de modelos. Por ejemplo, existe, en el modelo IS-LM, un caso en el que supone que la demanda de dinero no depende del tipo de interés, sino sólo del nivel de renta (llamado modelo clásico). Si considerara sólo este modelo (y no el caso más general, en el que la demanda de dinero depende tanto del tipo de interés como del nivel de renta), se creería que la política fiscal no podría afectar, dentro del marco sugerido por el modelo IS-LM, al nivel de renta. Conviene también destacar otro de los grandes modelos el modelo de los precios rígidos o de Keynes.

Para superar estas limitaciones se intentan hacer modelos en los que se incluyan cada vez más variables y se supongan relaciones de tipo más genérico entre ellas, pero tales modelos resultan cada vez más difíciles de estudiar, o de usar para predecir o explicar la economía, que en el caso de las versiones más simplificadas. Pero las versiones más simples, por su misma naturaleza, tienden a fallar y a no prever sucesos económicos o a predecir correctamente los valores que tomarán las variables económicas. Un ejemplo típico es el de políticas monetarias que, en el pasado, se tomaban para reducir la inflación: se pensaba que si se reducía la oferta monetaria en un cierto nivel, el nivel de precios disminuiría aproximadamente en un nivel previsto gracias a un modelo usado. Pero la mayor parte de las veces, no era la reducción tanta como se había deseado por los responsables de la política monetaria.

Este dilema entre "modelos fáciles", pero de poco alcance, y modelos difíciles, ambiciosos pero poco manejables, es el problema de la ciencia económica, que se suele resumir en que "los economistas tienen gran facilidad para explicar el pasado, pero incapacidad para predecir el futuro".

[editar] La creación y el estudio de un modelo macroeconómico

La mayor parte de las veces, los modelos macroeconómicos se crean y se estudian usando técnicas matemáticas. Cuando el modelo pretende deducir la relación cualitativa entre ciertas variables económicas frecuentemente se usan ecuaciones lineales que pretenden capturar el efecto de primer orden entre la relación de variables. Este tipo de modelos frecuentemente incluye una gran cantidad de asunciones no siempre explícitas que pueden quedar ocultas tras ecuaciones engañosamente simples.

Los modelos que pretenden simular sistemas reales y no simplemente tratar de formalizar relaciones entre variables frecuentemente recurren a estudios de regresión lineal múltiple. En que lo que se pretende es averiguar el efecto de pequeños cambios porcentuales en las variables de entrada. Obviamente para grandes cambios el modelo podría resultar no lineal y las predicciones de un modelo lineal ser inválidas, ya que éstas, al igual que una serie de Taylor de primer orden, sólo predicen efectos de primer orden.

[editar] Comprobación de la validez de un modelo macroeconómico

Un modelo macroeconómico no serviría para demostrarnos la realidad si no se pudiera comprobar la validez de este usando los valores reales de la variables que estamos considerando, así como tampoco nos serviría de nada suponer cuales son las relaciones entre las variables y cuales son los valores de los parámetros que influyen en esas relaciones, si no podemos comprobar en qué grado esas relaciones son así y cuales serían realmente los valores de esos parámetros. Por ello, se usa una técnica estadística llamada Econometría para comprobar hasta qué punto, usando valores obtenidos de la realidad (por ejemplo, de estudios realizados por los Bancos Centrales, de informes económicos diversos de instituciones gubernamentales, y otros) se puede verificar en qué grado lo afirmado por un modelo se cumple.

Por ejemplo, si, en el marco de un modelo hipotético, hemos supuesto que el consumo (C) depende de la renta (Y), los tipos de interés (I), la riqueza acumulada (W) y el nivel de precios (P), podríamos expresar esto como:

C= C_0 + c_Y Y+c_I I+c_W W+c_P P\,

(Lo cual sería una relación lineal). Los valores de C, Y, I, W y P tendrían que averiguarse buscando informes económicos oficiales que pudieran mostrarnos estas estadísticas y los valores que estas han tomado a lo largo del tiempo (por ejemplo, los valores que han tomado cada año durante un periodo de 10 años), pero los valores de los parámetros (cy, etcétera) tendrían que ser deducidos por el investigador usando la econometría. Esta técnica también puede informar hasta qué punto este modelo lineal es válido (o sea, que acertaría a explicar el valor de C a partir de las restantes variables) o si alguna de estas variables es irrelevante, o si resultan en conjunto insuficientes para explicar el valor de C a lo largo del periodo considerado.

En algunos casos, se intenta que los modelos Macroeconómicos tengan un fundamento Microeconómico, o sea, que se pueda representar las variables Macroeconómicas implicadas como la suma de variables microeconómicas que fluctúan en las relaciones de equilibrio de varios modelos microeconómicos que representen a los agentes económicos que operan en el área que se está estudiando. Si no se hace así, tendríamos un modelo Macroeconómico basado en creencias más o menos arbitrarías sobre el funcionamiento de la economía, lo cual es un modelo "ad-hoc".

[editar] Un ejemplo de desarrollo de modelo macroeconómico

El siguiente es un ejemplo de modelo (modelo IS-LM) como el que se suele enseñar en cursos básicos de Macroeconomía, aunque nuestra exposición será más simplificada y se obviarán muchas cosas. Sólo es un ejemplo de muestra y no sirve para estudiar ninguna economía real con seriedad. Consideraremos la economía de un país imaginario (o cualquier otra zona) fijándonos en las variables de la Contabilidad nacional.

[editar] Curva IS

Consideremos la renta o ingreso nacional (Y) como la suma de todos los bienes y servicios producidos en un período, por ejemplo, un año. Ahora bien, algunos de esos bienes y servicios han servido para el consumo de los habitantes del país, es decir (C) será el consumo, otros habrán servido para que las empresas puedan reponer sus necesidad de capital para producir (maquinaria, herramientas, materias primas, etcétera), esto lo llamaremos inversión (I); por su parte, el gobierno del país también ha intervenido en la economía consumiendo bienes y servicios para hacerlos públicos o ha intervenido mediante empresas públicas en el mercado, a lo que llamaremos gasto público (G). También se han importado bienes del exterior, mediante las importaciones (M) y se han exportado al exterior, mediante la exportaciones (X). Entonces, podemos representar la renta como esta suma:

(1a) Y= C + G + I + X - M\,

La razón por la que las importaciones pasan "restando", es la siguiente: el lado de la ecuación Y + M representa en qué hemos usado todo el dinero empleado en el periodo, el total de producción nacional de bienes y servicios, y de importaciones, y en eso ha tenido que emplearse todo lo que se ha demandado durante el periodo: C + I + G + X (ya que algunas de estas variables en parte han tomado de la producción nacional y en parte de las importaciones). Por tanto Y + M = C + I + G + X, y pasando M al otro lado, tenemos la relación (1a). Podemos simplificar y llamar a las dos últimas variables "Exportaciones netas", y presentarlo así:

(1b) Y=C+I+G+X_N\,

Hay que introducir ahora factores que influyen el consumo. El consumo se supone que será una parte de la renta disponible de los consumidores. Pero, ¿Qué es la Renta disponible? Podríamos pensar que es Y, pero como el gobierno necesita parte de esa renta para financiar el gasto público (G), podemos suponer que la renta disponible es la renta Y después de que el gobierno ha retenido una parte en forma de impuestos, y los presentamos de forma simplificada por una tasa impositiva (t) (Con 0<= t <=1, si bien t = 0 o t ='1 serían casos demasiado improbables en la realidad). Así pues, la renta disponible será (1-t)Y. Ahora bien, el consumidor, normalmente, no se la gastará toda en consumo, sino solo una parte, podemos suponer que por término medio todos tienen la misma propensión al consumo, y la llamamos (c) a esa propensión. Por tanto, el Consumo privado será:

C=c(1-t)Y\,

Introducimos esto en nuestra ecuación y quedaría así:

 Y=c(1-t)Y+I+G+X_N\,

Otro supuesto que se suele hacer es que la Inversión privada se ve negativamente afectada por los tipos de interés del dinero. Cuando éstos son altos, como las empresas tienden a pedir créditos bancarios para equipar sus medios de producción, tienden a invertir menos porque invertir más significa tener que pagar más de intereses y de principal. Esto lo podemos representar así: La Inversión tiene un nivel máximo posible (Im) y disminuye linealmente con los tipos de interés, o sea:

 I = I_m - b\cdot i\,

Donde b representa la sensibilidad de las empresas privadas al tipo de interés bancario e i ese tipo de interés. Nuestro modelo ahora es así:

Y = c(1-t)Y + I_m - b\cdot i + G + X_N\,

La cuestión es que en este modelo vemos que la misma variable, la renta, aparece en los dos lados de la ecuación. Esto puede interpretarse como una relación dinámica, o sea, el valor de Y en la izquierda va a depender del valor que tuvo en el pasado, en la derecha de la ecuación, y del resto de los valores de las variables. E irá cambiando periodo tras periodo.

Sin embargo, si suponemos que las otras variables no cambiaran, si los parámetros fueran constantes durante suficiente tiempo, y además el gasto público G estuviera exógenamente generado, entonces posiblemente la renta llegaría a no cambiar tampoco con el tiempo, alcanzando lo que se llama el valor de equilibrio. Podemos hallar este valor de equilibrio:

(2a) Y = \frac{I_m-b\cdot i+G+X_N}{1-c(1-t)}

Con esta ecuación, también llamada curva IS, se pueden hacer diversos análisis viendo como cambiaría la renta de equilibrio si variaran los parámetros o las variables implicadas. Esta curva refleja los valores de renta (Y) y tipo de interés (i) para los cuales el mercado de bienes y servicios está en equilibrio. Existe sin embargo una diferencia importante si se considera que el gasto no es exógeno sino endógeno y dado por el nivel de impuestos: G = tY, ya que en este caso la renta de equilibrio sería:

(2b) Y = \frac{I_m-b\cdot i+G+X_N}{(1-c)(1-t)}

Obsérvese que la hipótesis de exogeneidad del gasto público no es inocente, ya que la conclusión sobre el efecto del aumento de los impuestos es contraria en (2a) y (2b) ya que calculando las derivadas siguientes se tiene:

\left(\frac{\part Y}{\part t}\right)_{G=\mbox{cte.}} \le 0, \qquad \left(\frac{\part Y}{\part t}\right)_{G=tY} \ge 0,

Es decir en el modelo de gasto público endógeno un aumento de los impuestos conduce a una disminución de la renta, mientras que en el modelo gasto público igual a los impuestos (no-déficit) el aumento del tipo impositivo conduce a aumentos de renta.

[editar] Curva LM

Existe una curva que es complementaria de esta, llamada LM. Veamos en qué consiste: Los agentes demandan dinero para poder actuar en el mercado. El dinero interesa en términos reales, no nominales. ¿Qué quiere decir esto? Que importan los niveles de precios. La oferta de dinero depende del Banco Central del país, que es el único organismo que puede emitir dinero, pero este luego deja que el resto de los bancos lo distribuyan y cobren intereses por prestarlo. En cualquier caso, la Demanda Monetaria se puede representar como el cociente de dos variables, M, la cantidad total de dinero en la economía, y P, los niveles de precios. Es decir (M/P). Esa demanda se puede suponer que depende así del resto de la economía: a mayor nivel de renta, se demandará más dinero para comprar en los mercados, pero un mayor tipo de interés disuadirá generalmente de demandar dinero, ya que este debe ser reintegrado cuando se pide como préstamo. De ahí que se represente la demanda así:

\frac{M}{P}=kY-hi

Si suponemos que la oferta y demanda monetarias están igualadas en el mercado monetario, podemos coger la ecuación anterior y despejar la renta:

(3)  Y= \frac{(M/P)+hi}{k}

Que es una curva que relaciona los niveles de renta y de tipos de interés para los que el mercado monetario está en equilibrio. Ésta es la curva LM.

[editar] Equilibrio IS-LM

Si tomamos las curvas IS y LM (muy simples por ser este un modelo de ejemplo), (2a) y (3), y las juntamos obtenemos un sistema de dos ecuaciones con dos variables, que serán la renta y el tipo de interés:

Y= \frac{I_m-bi+G+X_N}{1-c(1-t)}, \qquad Y= \frac{(M/P)+hi}{k}

Podemos despejar, usando los métodos para sistemas de ecuaciones lineales, y obtener los valores de Y e i en función de todos los demás parámetros y variables y usar las funciones resultantes para estudiar como variarán los niveles de renta y tipo de interés en el equilibrio cuando varíen los parémetros o las variables exógenas. Es más, podemos obtener la curva de Demanda Agregada, ya que podremos expresar la renta (Y) dependiendo de los niveles de precios (P). Esta curva tendría la siguiente expresión:

(4a) Y= \frac{1}{h[1-c(1-t)]+bk} \left[ h(I_m+G+X_N) + \frac{Mb}{P} \right]

Se puede reducir esta expresión a una del tipo Y=A+B/P, que muestra claramente que se trata de una curva decreciente en P. Si hubieramos partido de (2b) y (3) el resultado final habría sido:

(4b) Y= \frac{1}{h(1-c)(1-t)+bk} \left[ h(I_m+X_N) + \frac{Mb}{P} \right]

Si además desarrolláramos una curva de oferta agregada que relacionara niveles de salarios, de trabajo, de precios y de renta producida, podríamos cruzarla con la de demanda agregada y determinar por completo la renta, los niveles de precios, de empleo y otros en cada momento dado y estudiar como las políticas monetarias y fiscales del gobierno podrían influir, por ejemplo, en conseguir los niveles adecuados de precios o de empleo.

Dato relevante: Se puede aplicar el modelo de estática comparativa de IS-LM para explicar la ley de Say que dice que la oferta iguala a la demanda.